Por la Redacción.
Con más de 1.000 millones de emigrantes en todo el mundo, 214 millones de ellos emigrantes internacionales, la OIM recordó que 'todos los países dependen del trabajo, las aptitudes y el conocimiento de los emigrantes', que en 2011 generaron un volumen de remesas a sus países de 404.000 millones de dólares.
Sin embargo, la situación de los emigrantes sigue siendo 'uno de los principales desafíos que afronta hoy en día la sanidad en el ámbito global', según la OIM, que recuerda que se trata de uno de los colectivos más vulnerables que existen en el planeta. Esta organización vinculada a la ONU consideró 'dolorosamente lentos' los progresos de la comunidad internacional para incluir a los emigrantes en sus sistemas públicos de salud, incluso en escenarios de epidemias internacionales.
Limitar el acceso de estas personas a los tratamientos de emergencia, sin integrarlos en el derecho a la atención primaria básica, representa además un serio riesgo para las sociedades de acogida, al no tratarse de manera adecuada sus enfermedades. 'Su exclusión de los servicios y de las políticas sanitarias no supone solo una negación de su derecho humano básico a la salud, sino también dar rienda suelta a los temores públicos y las percepciones de que los emigrantes representan un peso excesivo para los servicios sociales', dijo el director general de la OIM, William Lacy Swing.
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