miércoles, 3 de noviembre de 2010

El Rulo, el vívere olvidado...

Aunque no tiene la misma fama que el plátano o el guineíto, el rulo, por su textura suave y sabor peculiar, es uno de los víveres que forma parte de la canasta familiar dominicana.
De acuerdo con el cocinero Carlos Pérez, este fruto se consume de la misma forma que el plátano, utilizándose para hacer pastelones, mangú, tostones, “y, si se le agrega a los pasteles en hoja, se vuelven mucho más suaves”, recalcó.
Poco consumido
El tomo III de la Enciclopedia Agropecuaria Dominicana, cuyo autor es Emilio Armando Olivo, sostiene que este vívere es originario del continente asiático y fue introducido en nuestro país por los españoles durante la conquista.
El rulo, al igual que el plátano y los guineítos, pertenecen a la familia de las Musáceas y se encuentra en las zonas donde tradicionalmente se siembra el plátano.
Los rulos son el tercer vívere de consumo de las Musáceas y se cultiva, en la mayoría de los casos, de forma marginal aunque su producción ha ido en aumento.
Una de las desventajas de este fruto es que madura rápido después del corte, lo que reduce su vida como fruto verde. Cuando está maduro su deterioro es mayor. El rulo crece en racimos de hasta cien unidades y 30 kg de peso.

INFORMACIÓN NUTRICIONAL
Según explica la nutricionista Aleida Hilario, el rulo es rico en carbohidratos, potasio, vitamina A y vitamina C. De los 125 g que pesa en promedio, el 25% es materia seca, que aporta unas 120 calorías.
Por su bajo contenido en almidón, su consumo se recomienda especialmente a diabéticos.
El rulo se cultiva en más de 130 países, desde el sudeste asiático de donde son nativas, hasta Oceanía y Sudamérica.

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